Desde que el hombre copio del pájaro
buscó el calor de la casa,
desde que el hombre empezó a respetar al sol,
desde que sus huesos sintieron frío;
sintió la necesidad de la casa...!!
Y aunque ama la libertad como el caballo
pero le gusta volver a su morada,
a su casa, en el valle, el río o, la montaña;
y llorará por su casa que la dejó
suspendida en el aire, triste y abandonada...!
Esa casita de niebla que suspira en la montaña,
la casa puede ser una barca
que esta anclada a la tierra
esperando que el sol la cubra;
nutriendo su cascara, quizás dura y amarga,
que nutra su techumbre de tejas y retamas
con toda la dulzura y experiencia que hay en el espacio....!
La barca sobre la mar y la choza en la montaña,
mi corazón por el monte
buscando aquella zagala,
que me emborracho con su nombre
y sus ojitos de luna clara..!
¡¡Que penita de mi casa en el monte abandonada!!.
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