Dame esta noche de luceros y "caralla"
la noche mágica dominicana,
la noche de las migraciones de las cigüeñas
blancas y grullas negras estáticas,
palafrén de la oscuridad.
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Dame tu cuerpo de sirena del caribe
y tu estampa de diosa sulamita;
dame el mármol azulado de tu yacusis
y el perfil de tus labios cálidos
aunque sólo sea una esquinita.
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Toma mis manos ansiosas de misterios
exploradoras insaciables de tu cuerpo;
palafrén de las más exquisitas ondulaciones
de tus playas con sus doradas arenas...
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Mis manos degolladas por las plumas
de bronce de esta grulla estatica;
mis manos migratorias por las noches
de plenilunio sobre el cielo azul de Quisqueya.
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Dame mis manos desolladas por el antiguo
oficio de alfarero, moldeando ninfas y sirenas;
mis manos acostumbradas al silencio de la noche,
que acarician con anhelo la escultura
de esta grulla mimosa y parlanchina;
que adormece los sentidos del turista distraido...!
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