Tú ebanista, que es el nombre que se le da hoy día
al carpintero moderno, que ibas siempre
con tu papá, que caminabas a su altura:
-amigo Eugenio- a cortar nogales y chopos
por todos los huertos y hacías con tus ojos de niño
parpadear los mil ojos diminutos del hacha,
y con tus tiernas manos llorar las cortezas...
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Esas manos que tenían la edad justa para estar
jugando y estudiando, tu las tenías que forzar
para ganar tu propio mendrugo de pan
y el de tus hermanos...
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Querías ser marinero en tierra y casi lo has logrado;
pues en la cima de "Loma verde" tienes tu barco anclado..
!pobre barco en tierra! que tiene su corazón marinero;
la actitud noble de una silla, que le da reposo
a tu cuerpo cansado por el trabajo y por los años...
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Te pones en la proa, con la actitud
de un capitán de barco en tierra y miras
con orgullo tu creación y tu prole;
como buenos marineros surcan los mares
y la tierra y con la actitud sabía y honrada
que tú con tu sabiduría y ejemplo;
poco a poco le inculcaste, y ahora en tu verde
fabrica dale para sus manos la garlopa del tiempo..
sabiduría de hombre honrado y virtudes con serrín de estrellas.
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