El único auto que había...

El único auto que había en el pueblo,

-arrolló a la vieja "Chulenga"-

que recogía los excrementos de las bestias;

!la piso como una hoja!

era una flor del campo, toronjil,  yerbabuena.

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Cada mañana armada de escoba y pala

se disponía a barrer las calles y recoger los excrementos,

en un saco viejo llevarlos a su huerta,

que estaba en las afueras,-llamada huerta Margara-.

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Esta mujer oscura de noble cepa aymara,

endulzaba la vida de seres, cosas y la suya propia;

solía tomar unos traguitos de aguardiente

para en las frías mañanas despejar el gaznate

-como diría ella-.

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Así que entre el anisete, un poco sorda

que estaba ella y la camioneta de Enrique

que tenía menos frenos que una yegua loca;

pues arrastraron y mataron a la pobre vieja...!

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Llena está nuestra infancia de su imagen

y de su muerte, pues por aquellos tiempos

que nunca sucedía nada..aquello fue un "bombazo"   

y es de lo único que en el pueblo se hablaba...

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Tendida en su mortaja y aunque a los niños

no nos dejaban mirarla, allí estaba con sus manos

toscas, quietas por fin, de su afán diario,

estaban como avergonzadas del reposo...!

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