Observando una noria, con la fuerza motriz de un burro,
he tocado los límites del tiempo y la dureza
del corazón humano...y vuelvo del dolor
como de un viaje alrededor del mundo....!
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Pero siento que no salí jamás, de los alrededores
de la noria, mientras viajaba, y miraba a un pobre
burro enganchado a una noria, debajo de un pedrusco,
en el silencio espeso del desierto.
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Caminé largamente, apesadumbradamente,
en torno de mi sombra y con el pobre burro
sobre mi cabeza, y los días y las noches giraban,
como gira la rueda de una noria....!
***//***
Bajo el cielo de hierro y sin piedad del desierto,
¿fue inútil ese viaje imaginario, queriendo aliviar
las penas de aquel burro? aveces lo pienso,
aunque no lo creo, que el pobre animal tuviera
alivio, sólo con mi deseo....!
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Porque la gota de piedad que humedece mi corazón
sediento y la paz que me une a los que sufren;
son el premio que me da el creador en el desierto..
beber un día, el agua lenta y dura del desierto.
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Yo no quiero camellos cargados de diamantes..
-sería más rico, viendo a este pobre burro suelto-
una piedad real a todos los que piensan como yo,
en el sol, o en la sombra, bajo el cielo de hierro,
caminando siempre en torno a la noria, para poder beber un día.
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