Ni las cumbres sublimes en el parque nacional
de los haitises en Quisqueya;
ni los ríos que no han sido ensuciados por el hombre,
ni los manglares y las cuevas submarinas.
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Ni los templos de los -cemis, o dioses tainos-
gravados en las grutas o cuevas;
que no son iguales a los hechos con arcilla
o tallados en la noble madera de ébano o caoba.
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Ni la alada victoria de un pelotero taino,
y menos aún la música y el baile de un "merengue,Perico-ripiao"
con sus amanerados sacerdotes indios tainos;
nada de todo esto tiene cabida.
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Ninguna de esas cosas ni de otras,
tan admiradas por los más sensibles;
y que tienen que ver con el buen gusto del dominicano medio,
me proporcionan una emoción tan profunda....
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Si acaso cuando veo como arde el amazonas,
si acaso, las hogueras en desuso;
y ni los medios lo comunican, porque a los que mandan
no le interesa que esto se sepa.....
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Quizás las estaciones fuera de servicio,
el laberinto de las minas a cielo descubierto,
el brumoso extrarradio, un descampado en el que sólo
puede comprenderse la perpleja tristeza de los hombres....
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Y los ríos arrastrando los plásticos junto a su tristeza,
hasta el fondo majestuoso y solemne del Caribe....!
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