He vivido casi toda mi vida lejos de mi pueblo
pero en mis pies llevo marcados los códices
y en mi mente esta gravado a fuego
la blancura como nieve de las casas de mi pueblo.
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Caminé por la vieja Europa buscando mi sombra
camino sobre el mar o lo sobrevuelo;
y las nubes que me traje enrolladas a la cintura
y un nombre muy redondo de mujer.
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Pero vuelvo una y otra vez a los rincones de mi pueblo,
que cada vez los encuentro más grande, más acogedor
y mucho más bello...
!pero cada vez faltan más de mis amigos y compañeros...!
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Aveces , aún estando en en el, me siento solo,
aunque este en la plaza pública, y digo lo que siento;
-parece que se esta quedando solo, mi pueblo-
y es que un poco de mi corazón se va con cada uno de vosotros.
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Y es porque siempre fuimos como los granos de una granada,
todos apeñuscados junto al pueblo,
podréis buscarme en la voz de cualquier niño,
si con sus piecesitos patea las plazas y "coloraos" de la breña...
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Mis ojos se abren con la luz primera del alba
y cuando los cierro, cae sobre mi la sombra de mi infancia;
y lo poco que con vosotros he vivido,
mis constantes ensueños no tiene vocales,
pero tienen gaitas y flores que me recuerdan
lo lejos que estoy de ese bonito pueblo.
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Reservado el derecho de autor.
Ay Rafael, la nostalgia nos llega cada vez con más fuerza, a medida que envejecemos.
ResponderEliminarPor cierto, precioso poema.