Mi padre siempre estuvo en la puerta del cielo...
pues él en su forma de ser y en sus razonamientos,
para mis ojos: siempre fue viejo.
No sé si por su innata pasión por el campo,
que yo en mi infancia aborrecía, por el sencillo
hecho de ser mi progenitor o por otras cosas
que ya no recuerdo. No obstante era mi padre.
Por aquellos tiempos, muy joven,
crecido por la gran responsabilidad que pesaba
sobre sus hombros.
Su reloj de bolsillo con el de su vida,
empezaron a caminar cada día más lentos
que el mío, que por aquel entonces, brincaba y daba saltos.
Yo por aquellos tiempos, sólo pensaba en correr
y visitar mundos nuevos: tal vez escribir versos.
Pues ya por aquellos entonces me mordía
por dentro el gusanillo de escribir poesía.
Quizás por ser padre y tener hijos.. cosa que nunca
a mi pesar conseguí: para comprender mejor a mi padre.
Yo sabía que el hombre tiene tres misiones
importantes en su vida: y hasta que no las consigue,
no esta completamente realizado: planté muchos árboles,
escribí un buen puñado de libros: !!Pero los hijos!!
estos me los encontré ya criados, ¿no sé si perdí o gané?
Sólo sé, que me ahorré: !El papá caca!!
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