Fue pobre y solitario, pero honrado y bueno,
vivió aislado en su miseria..
aquel humilde hombre que llamaban: Isidro "el pregonero".
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Aquel que a nadie miraba con enojos
pues el hacía mucho bien y ningún daño..
sentado en su pobre cueva acurrucado en sus despojos.
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El sólo quería pasar sus tristes años
esperando en soledad antes de cerrar sus ojos..
que no era un cordero negro en medio de un blanco rebaño.
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Solo y triste a su cueva cada noche se retira,
sin más compañía que sus penas y su báculo
y para cobijarse del gélido invierno su raída pelliza.
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Nunca rechazó las sobras que le dieron,
pues no era orgullosos y era grande su humildad..
y lo que le ofrecían eran las sobras de los perros...
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Hoy que ya descansa en paz.. quiere hacerle justicia la historia,
le han hecho una estatua y una plaza..
para con eso callar sus conciencia y así ganar la gloria...
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En vez de sentarlo a la mesa como a un hermano
cuando entre nosotros tan olvidado estaba
y habríamos cumplido con nuestro deber de cristianos!!!.
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