Desde esta altura miro a mi alrededor
y me doy cuenta lo que soy y lo que tengo;
un tuareg con camello y sin oasis,
pero con desierto y sin agua...!
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Hoy se ha caído lo que soy
de lo que fui;
como un jinete que falló la prueba,
de la obediencia a la ley de la gravedad.
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Hasta las palmeras del desierto lo notan
y ya no me rinden frutos y pleitesía;
cuando pasa mi imagen sobre el camello,
no se rinden a mis pies y me brindan sombra.
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El que fui y el que soy, no toleran
esa falta de respeto y des obediencia;
con lo que fui y aún con lo que soy,
no soy uno de esos que se van al fondo del mediterráneo
con una piedra en el cuello, sin decir este cuerpo es mío.
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Esa fosa común de sueños sin realizar,
pero lo que seré, tal vez no tenga carne;
sólo huesos blancos y sueños sin cumplir
y espejismos de un soñador camello.
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Se ha desvanecido con su afán
de querer conquistar el mundo;
tal vez la historia un día hable de él y sus añoranzas:
-No sé quien escribió el poema-.
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