Me llamo pájaro perdiz,
ave de una sola pluma para escribir,
volador de mares y montañas,
y soñador de blanca luna.
Las alas no se me ven,
los oídos, oigo poco y me retumban.
Cuando paso entre los árboles
o por una estrecha gruta,
cual un funesto paraguas
o de un caballo negro a la grupa.
Estirado como un arco
levantado de manos
sobre ese sol que lo alumbra.
Vuelo y vuelo sin saber,
herido en la noche oscura,
quienes me ven de posar
y los alegro con mi canto.
Los que confían en mi,
quienes no saben que vuelo,
no vendrán a saludarme,
a preguntarme y recrearse,
o a besar mi plumaje roto
por el ulular del viento.
Por eso vuelo y ya me voy,
y no dejaré de cantar
y mientras me quede una pluma,
no dejaré de volar....!
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