Cuatro piedras y una pelota de trapo,
¿os acordáis? los años aurorales;
cuando volvíamos del trabajo en la tarde,
que no había ni celulares, ni televisión ni tableé...
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Sólo eso: pura infancia y mente sana,
veníamos del trabajo, y para la noche
materna que protegía, aún faltaba;
quizás un retal de tarde demasiado vasta.
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Así que sin pensarlo dos veces,
unos cogían unos trapos viejos y fabricaban
una bonita pelota, que aunque no votaba,
pero a nosotros nos bastaba, y otros cogían cuatro piedras
y formaban el campo y las porterías.
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No era el Bernaveus, ni el Benito Villamarin..
-pero que importaba- y a nosotros nos servía-
con una imaginación envidiable, muchas energías
y ninguna malicia, -todo valía-.
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Como mucho el único alvitro que ponía
fin al partido, era, -la mamá con la chancleta-
esa si que había que respetarla.. pero algo
nos solicitaba el cuerpo.. el regreso la próxima tarde.
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Alguna tarde, ¿os acordáis? cambiavamos
la estrategia y nos íbamos a buscar el nido
del cárabo o, a coger los peces de colores
en el peligroso pozo, duraba el agua quieta,
en el fondo vimos nuestras miradas...!
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