Nunca hubo una idílica queja en el planeta,
cuando el hombre tomaba de la tierra
nada más lo necesario para su propia subsistencia;
la fruta, los animales, el agua o los peces.
El paseo del ojo humano entre las flores y la hierba,
¿no sé cuantos dioses existirán, pero tampoco
es ese el tema, aunque fueran muchos los que hubieran?
La paz entre los hombres nunca se rompió,
las ásperas ligas de la humanidad por ese tema.
Jamás un gesto de violencia, porque el Dios
de unos fueran vacas sagradas
y el de otros, el sol, la luna o una simple piedra..
cada uno adoraba a los suyos a su estilo y manera...!
El cazador apostaba con ojo móvil,
perfumando la flor de sangre de la presa,
el pescador inmóvil a la orilla del agua
aguardando su pieza, y el de la fruta madura
y fresca, bajándola del árbol con delicadeza...
No tuvimos que esperar de un mundo olvidado,
por distintos dioses y banderas
para escuchar puñales trisando el alba..
Ayer mismo Ángeles sin nombre he hijos de uno
de esos dioses, se dedicaron a hacer justicia
en su nombre..y tomando una furgoneta
se dedicaron a matar, niños, mujeres y hombres...
A una parte de ellos lo a puesto su Dios junto
a los demás.. haciéndole justicia....!
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