He puesto cuanto poseo a plazo fijo..
pero renovable en cuanto lo necesito;
entre unos amigos que tengo por Andalucìa repartidos,
en una nueva sucursal bancaria
que esta en la Mezquita de Córdoba instalada;
que tal como van las cosas hoy día,
es bastante peligroso llevarlas encima,
y hacen demasiado volumen para dejarlas en casa.
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Así que cada dos dos o tres años, cuando aprieta
la melancolía, me cargo mi mochila
y de un vuelo certero me planto
en mi Andalucìa amada, una hermosa sonrisa
sale de cada ventanilla, desde Càdiz
a Granada, pasando por Sevilla
hasta la Mezquita cordobesa, que es una
morita embrujada...!
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E ingreso mi salario de rutinas y melancolías
pasadas, reviso mi saldo de alegrías
y retiro una moderada cantidad
de ilusiones y esperanzas.
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Para cubrir mis sueños y necesidades
y cargar las pilas para dos o tres años mas;
me vasta con mirar el color del dinero
en los ojos de esos bellos rincones andaluces
y en las caras de mis compañeros...!
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