Ésta es otra pena, pero dedicada
a un tío desagradable, un vecino mío
que nunca quiso saludarme;
no respondía a mis buenos días ni buenas tardes.
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Nunca supe como se llamaba ni él como llamarme,
yo, para mi le decía, cara de vinagre,
cara de perro malo,
jamás tuvo la dicha de mirarme.
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Por desgracia, vivíamos los dos en la misma calle,
todos los días nos desencontravámos
por la mañana y por la tarde;
hasta que desapareció sin dejar huella.
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Un día al volver yo por la tarde
me quedé sorprendido que no lo vi;
ni aquella mañana tampoco lo había visto..
y en su puerta había un coche fúnebre.
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Naturalmente ya no tuvimos que saludarnos más..
que nunca lo hacíamos, con aquella cara
de limón agrio y aquel sombrero..
con tan mal fario.
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Ayer tuve un espejismo, y lo vi de venir calle abajo,
pero no era él, !que carajo!
y no era ni por la tarde ni por la mañana..
ni siquiera aquel era mi barrio.
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Si no un raro espanta pájaros que me encontré
en medio de aquel campo verde...!
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