Sus apargates de esparto los lleva cargados
de polvo de todos los caminos de esa vieja Andalucía;
con ese sol abrasador de agosto a las tres de la tarde,
y como único remedio sólo tiene
un sombrero de palmas para taparse.
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Tiene la tez oscura y curtida este "recovero"
que pateaba diariamente los caminos polvorientos;
a lo largo y ancho de mi Andalucía campesina,
con su fiel y viejo rucio, que el pobre ya es una ruina.
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Lo lleva ataviado con un cerón, tipo angarillas
y una vieja balanza para pesar lo que negociaba
en sus trueques, que son de muy diversa variedad.
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Cambia huevos y gallinas por azúcar, café o harina,
también cambia leche o, un chivo por cacerolas;
ollas, o cualquier utensilio de cocina,
y algunas cositas ya un poco más finas....
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Se ha hecho amigo íntimo del alba y del ocaso
conoce el sabor acre de la fruta selvática;
y de los labios duros de la mujer campesina,
fetichista, cetrina, reservada, pálida y callada.
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Las mozuelas lo miran embobadas con sus ojos incautos,
no sé si lo que sienten por él, es envidia o lástima..
Los seres que contemplan las cosas invisibles,
creerán que arrastra un mazo multicolor de cintas..
!!Cuanta mirada atónita se llevará prendida!!
este "recovero" que es de las campesinas su alegría...!!
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