lunes, 6 de octubre de 2014

¡¡Aquella espiga dorada..! (escrito el 13/2/2013)


Una espiga hay en medio de los trigales,
una espiga dorada que con su espíritus
resignado y combativo alivió el horizonte
cuando soplaban huracanados temporales.
***
¡Es una espiga dorada! 
que hoy se mece majestuosa en medio de otros trigales..
que los de hoy estén cuajados de amapolas
y no de espinas y malas hierbas como aquellos en los que te criaste.
***
Que no te importaba poner tu otra mejilla 
preñada de fuego y sacrificio interno
para sacar a tus retoños adelante..
muy pobre pero muy limpia y con mucho orgullo.
***
Que agradable es encontrar en tu matiz de terracota
la belleza y la humanidad que extendías como un manto
sobre la infancia indefensa de tus tres niños..
cuando nos cobijabas bajo tus alas de Ángel junto al misero fuego.
***
Aveces cuando se hacía insoportable el frío y el hambre,
tú siempre sacabas fuerzas de flaqueza
y con animo y grandes dosis de humor nos planteabas
un dorado cuento de hadas....
***
Como nos encontrábamos en una gran mansión,
con grandes salones y en el centro una gran mesa ovalada
repleta de frutas y ricas viandas..
Juanito pon el cordero aquí, tú José pon por aquí las gambas...!
***
Y así que nos íbamos a la cama:
¡con la mente llena de ilusiones y ya no protestaba la panza!
¡Oh, pobre aquella espiga dorada!
¡Dios la tendrá meciéndola en la gloria con su brisa perfumada!!!. 
  

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