Yo eche la tierra sobre tu cuerpo hermana..
que cayó sobre tu caja produciendo
un eco ronco que era el adiós que nos dejabas,
aquel hasta ahora o, hasta siempre...
Pues en realidad nunca te fuiste del todo
siempre estuviste presente entre los que te queríamos..
¡compañera! y entre otros
que no si te odiaban.. pero que no te apreciaban..
¡pero te respetaban!
Sobre aquella tierra húmeda sembré muchas rosas
que florecieron con abundancia..
¡Todas! de muy diversos colores..
pero las más prolíficas fueron las "rojas".
Aún hoy siguen floreciendo:
¡Oh, Ana "la Menacha"
Por estos mundos andamos tus hijos desperdigados;
que nos quedamos solos..pero no huérfanos...
Seguimos viviendo de tus rosas y tus enseñanzas,
algunas afiladas y duras espinas,
las que nos hacen ser duros y firmes como robles...
Predestinados/as y transparente fuego,
cuando falte el agua con la que lavabas
nuestras heridas taciturnas de nuestras manos y del alma;
clame por los vinos de los racimos dadivosos.
¡Tú Ana "la Menacha" rosa inmaculada para tus compañeros,
llameantes taumaturgias, cuando del cielo
lluevan tus justas recompensas por tus luchas y tus desvelos:
"Pasionaria" del pueblo gastoreño.
¡Seguiremos sembrando rosas sobre tu pecho!
con valores renovados y eternos..
Tú que nos decías que:
¡VALE MÁS MORIR DE PIE QUE VIVIR DE RODILLAS!
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