Crepusculaba, estaba el cielo huérfano,
en la alpujarra granadina,
desde una boca en la cueva el sultán la contemplaba..
la bella ciudad moruna que en la falda blanqueaba;
ese balcón natural desde donde el rey moro se asomaba
para ver la costa de su amada África.
Y aunque la historia es simple y no se olvidarla
pero mi África natal la llevo prendida en el alma..
y se decía como buen alpujarreño y que es buen trovador:
No te das cuenta morillo
que en esto te has equivocao
que si aquí no eres querido
que te quedas derrotao
y sin un duro en el bolsillo...
Así lloraba el morito por la alpujarra de Granada
y su madre que era muy dura, ni siquiera lo consolaba..
y le decía: llora como una mujer lo que no supiste defender como un hombre..
pues esto que a ti te a pasao para mi no tiene nombre...
¡Ven y besame morita!
¡por hala no seas rezagada!
levantate amada y dame un beso
que me marcho de madrugada!.
Me echaron de la alambra y también de carratraca,
sólo me dejaron lo puesto mi cimitarra y mi jaca...!
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