Si las noches arropadas con tinieblas itinerantes
son fieles cómplices de mi deambular noctívago
por los cielos encancaranublado de las noches de "Quisqueya" y serpientes con lenguas viperinas y ojos de gata, le dan cobijo legal a los brillos que huyen como soplos azules, dejan que se incruste en mi alma viajera,
el calor intransferible de mi "roja" tierra.
Mi mano invisible con su olfato de zorra vieja,
toca el tacto inconfundible del "Algarin"
y mis pájaros azules se posan en la enramada
de las milenarias encinas en el rincón de la breña...
Me dejara abrazos consentidos de los bíblicos
olivos de troncos retorcidos de los "coloraos"
y suspiros de sal de las salinas bajo las aguas
insatisfechas en las profundidades del pantano...
Ya vistes las madrugadas de rocíos perfumados
y oíste el murmurar de luciérnagas y grillos
en las chumberas pacificas del "Jaral" ;
ese clamor inconfundible de las noches de verano
en los viejos campos del "jaral".
Esta tierra sabia que supo conservar
con el paso parsimonioso de los siglos,
el sabor agridulce de las uvas y pasa,
las higueras chumbas, los manzanos enanos y los mirtos;
¡Ampárame o, sepultame amada y maravillosa tierra mía..!
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