Los primeros escarceo de amor
que sentí en mi juventud se llamaba María yo le decía Aída..
tenía el cabello muy largo y negro como la endrina..
era alegre como un trigal dorado con rojas amapolas.
***
Unos ojos negros azabache, con el brillo de una tigresa
y un fuego in aplacable le recorría las venas..
era como una potranca indomable, la fierecilla aquella..
yo creía que era lava en vez de sangre el caudal de sus venas.
***
A ella le debo mis primeras noches de insomnio
y de angustia escribiendo poemas de desamor..
a la luz de las estrellas,,
que sin tinta ni papel deje gravadas en una piedra.
***
Los dos eramos muy jovencitos e inocentes
pero ella era una experta..
yo era un iluso sin saber de la maldad que hay en la tierra,
yo creía tener un lirio entre mis manos y no aquel cardo de espinas.
***
La primera flor que tuve en mis manos creí que era una azucena,
yo la llamaba Aída, y pensé que era una estrella..
ya han pasado muchos años que mi corazón
quedó traspasado por aquella envenenada flecha..
y otra mujer con mucho amor me lo a curado...!
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